En el calendario del campeonato
de este año había 2 pruebas que repetían trazado respecto a anteriores
ediciones y tras la incomparecencia en el Rallysprint de Éibar, esta era la
segunda de ellas. La causa es simple, son las dos únicas que repiten trazado,
por lo tanto, tras las modificaciones realizadas a principio de año, eran las
únicas que podrían marcarnos el antes y después. Ciertamente, la diferencia en
el comportamiento del coche es brutal, habiendo conseguido un comportamiento
mucho más neutral y preciso en comparación al año anterior. Las pérdidas de
tracción que experimentábamos en pasadas ediciones provocaban imprecisión en
las mediciones y requerían continuas correcciones en la conducción, así como
derivas indeseables en el paso por curva. Ciertamente hemos conseguido corregir
mucho pero aún quedan cosas a pulir que esperamos solucionar el año entrante.
Este año cambiaban algunas cosas
pero todas ellas de tipo logístico. Cambiaba la entidad organizadora del evento,
siendo este año los compañeros de la Real Peña Motorista Vizcaya quienes
tomaban las riendas del mismo. También cambiaba la ubicación neurálgica de la prueba
trasladándola de Maeztu a la localidad de Santa Cruz de Campezo, pero como
hemos dicho, el tramo era el mismo. Había también alguna novedad de aspecto
deportivo con una calibración descorregida aproximada al 3% y una ubicación de
la meta no concordante al rutómetro lo cual requería un paso por la misma en
base a la regularidad y no al crono.
El tramo, al igual que en pasadas
ediciones, se repetía 3 veces en un sentido en las secciones matutinas de la
mañana, siendo otras 3 en sentido contrario en las vespertinas, completando un
total de 6 tramos con 62.4 km cronometrados. Posiblemente uno de los tramos más
vistosos y divertidos, donde la variedad de trazados se suceden, enlazando todo
tipo de curvas y rectas.
Como hecho anecdótico de las
verificaciones, fue digna de ver la cara de “tierra trágame” del bueno de
Martin Cubillo, al no encontrar los dorsales, los cuales eran testimoniales
usando cronometraje Blunik, pero siendo si importantes las pegatinas
publicitarias que las acompañaban.
Las predicciones climatológicas
eran imprecisas, marcando lluvias con un 50% de probabilidad, pero el día
amanecía claro tras una espesa niebla matutina que nos acompaño durante el
viaje. A pesar de todo el cielo se encapotaba de vez en cuando y no era del
todo claro que a lo largo del día tuviéramos compañía de algún aguacero. Viendo
esto preparamos solo las medias de seco para el primer tramo y las de mojado y
seco para los dos tramos siguientes, dejando las tablas de los tramos
vespertinos para el reagrupamiento del medio día. Quizás por casualidades de la
vida o por vaya usted a saber que alineación astral, nuestro inseparable
Joserra colaboro en la confección de las tablas de forma activa y a vista de lo
sucedido tiene adjudicado un trabajo extra en futuras participaciones.
Completamos el primer tramo sin
novedad digna de mención comprobando con alegría que el comportamiento del
coche es modélico, permitiendo ser llevado por el trazado correcto sin
necesidad de dejar margen a derivas del tren delantero. Terminado el mismo
tanto Jesus como yo teníamos la sensación de haberlo hecho bien, pero la
experiencia nos recomendaba ser prudentes, en anteriores participaciones la
realidad era muy distinta. Hasta el final del segundo tramo no nos sacaron de
dudas, Martín Cubillo repartía los resultados del primer tramo y nos comenta lo
bien que lo habíamos hecho, subrayando el encontrarnos entre los diez primeros
de la general. Obviamente cuando miramos la clasificación empezamos del decimo
para arriba y al no encontrarnos habiendo llegado al 5º sospechamos de un error
de apreciación de Martin, pero no, del decimo en adelante tampoco aparecíamos. Cuál
fue nuestra sorpresa al encontrarnos ocupando la tercera posición empatados con
Asier Santamaría, esta vez copilotado por Isaías Bringas, increíble con 8
puntos de control habíamos obtenido una media de 1,2 segundos por control.
Obviamente este fenomenal puesto alcanzado no colocaba primeros de la Sin
Instrumentos, pero a solo 1,5 segundos del equipo Josemi Garcia-Andoni Artetxe.
La sensación al término de ese
segundo tramo seguía siendo igual de buena, pero si bien mantuvimos el mismo
resultado en líneas generales, en uno de los puntos de control marcábamos 2
segundos más que en la anterior pasada, lo cual provocaba que la media por
control pasase a 1.4 segundos por tramos. A pesar de todo seguíamos siendo
bastante regulares, pero el resto de participantes afinaba mucho más que
nosotros y pasábamos de ese tercer puesto de la general a un séptimo. No todo
era malo, a pesar de haber subido en la clasificación las distancias con los
predecesores no eran insalvables y seguíamos manteniendo la primera plaza de la
Sin habiéndola aumentado en casi 1 segundo más.
El tercer tramo era concluido
retornando a la normalidad marcada en el primer tramo y a los 1,2 segundo por
control, lo cual nos hacia subir un puesto en la general. Con él terminaban las
secciones matutinas y seguíamos manteniendo el liderazgo de nuestra categoría
con una ventaja de 4 segundos respecto al segundo equipo clasificado y
compañeros de escudería Josemi y Andoni. Nuestros también compañeros de
escudería y participantes de la Sin Cristhian e Irati conseguían un resultado
0,2 segundos mejor que el nuestro en este tercer tramo, pero los malos
resultados obtenidos en los dos primeros les distanciaban 34 segundos de
nosotros.
Durante la comida Jesus y Joserra
deciden no preparar las medias de mojado para el primero de la tarde, lo cual
traería un pequeño quebradero de cabeza a mi copi. Ciertamente el cielo estaba
despejado en Santa Cruz de Campezo pero durante el recorrido de enlace se podía
ver una masa nubosa en los montes cercanos y empezó a caer una muy ligera
llovizna. Las ideas podían verse flotando sobre la cabeza de Jesus, pensando en
cómo se lo montaría si pasábamos a media de mojado y aunque yo tenía claro que
no llovería lo suficiente para pasar a ellas, no dejaba de insistir en que
deberíamos haberlas hecho. Durante un buen rato seguí insistiendo, de lo cual
desistí al darme cuenta que podría provocar un estado de nervios
contraproducente en mi copi, no quería provocar la reaparición de sus demonios.
Los tramos de la tarde pasaban a
tener 10 controles, frente a los 8 de la primera mitad y las medias eran
modificadas pasando las del 5º al 4º tramo y las del 6º al 5º y al 6º tramo. El
primero de ellos, el cual hacia el cuarto del día, se nos atraganto un poco y a
pesar de hacerlo bien en 8 controles, en 2 obteníamos la mitad de los segundos
de penalización total de todo el tramo. A pesar de todo seguíamos sin pasar de
los 2 segundos de media por control y seguíamos manteniendo el liderazgo de la
Sin, pero Josemi y Andoni conseguían recortarnos 2 segundos.
El quinto de la tarde pasara por
ser nuestro mejor tramo con diferencia desde que empezamos en estos menesteres.
En un alarde de descaro frente a los Instrumentados conseguimos rebajar el
segundo de media por control marcando 0.8 segundos, obteniendo el scrach
absoluto en el mismo con una diferencia de 5 segundos respeto del segundo
clasificado. Increíble pero cierto, con ello volvíamos a colocarnos 3º de la
general a solo 4 segundos de la cabeza y con 2 segundos de margen al cuarto
clasificado, daba pie a poder soñar con un puesto en el pódium. No solo
mejorábamos en la general, sino que también obteníamos un amplio colchón de 10
segundos respecto de Josemi y Andoni en la clasificación de Sin Instrumentos.
Y llego el último tramo, la sensación al final del mismo volvía a ser buena pero la imprecisión del
marcaje
del cuentakilómetros nos jugaba una mala pasada en los tres últimos controles y a
pesar de ir clavando según nuestra medición, pasábamos con 2
segundos de adelanto en cada uno de ellos. Con ello perdíamos esa plaza de
pódium pero seguíamos obteniendo un inmejorable resultado ocupando una
ilusionante cuarta plaza y la tan deseada victoria en nuestra categoría que
dejamos escapar en el rallye de Gipuzkoa.
A pesar de tener calendada una
última prueba, lamentablemente tiene difícil su ejecución por lo que a priori
puede ser la última prueba de la temporada. Como se suele decir la esperanza es
lo último que se pierde y seria magnifico una última prueba aderezada con una
pequeña cena como cierre de temporada y hermandad de esta gran familia de la
Regularidad Sport de la cual nos sentimos orgullosos de pertenecer. Queremos
desde aquí agradecer a todos vuestra compañía y que a pesar del paso del tiempo
sigamos siendo así… competitivos a rabiar pero “Gentelman drivers”.
No quisiera terminar esta crónica
sin recordar a la piloto María de Villota, activa seguidora nuestra en el twitter,
quien tras aquel fatídico accidente vio truncado su sueño de pilotar en un gran
premio de F1, pero que tuvo el coraje de seguir peleando hasta el final.
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